Barranquilla volvió a ser escenario de la violencia urbana. En horas de la noche del miércoles, un ataque sicarial acabó con la vida de Edwar Oswaldo Arévalo Sehuanes, de 42 años, en hechos ocurridos en el barrio El Santuario, al suroriente de la ciudad.
Según las primeras versiones entregadas por las autoridades, la víctima se encontraba en un puesto de comidas rápidas, ubicado en la calle 51B con carrera 7E, cuando fue sorprendido por dos hombres que se movilizaban en motocicleta. El parrillero descendió, se aproximó hasta donde estaba Arévalo y, sin mediar palabra, desenfundó un arma de fuego para dispararle en repetidas ocasiones frente a las personas que se hallaban en el lugar.
Los impactos fueron certeros. Arévalo recibió al menos dos balazos en el tórax y uno más en la cabeza. En medio del caos, testigos intentaron auxiliarlo, mientras los responsables huían del sitio con rumbo desconocido.
Malherido, Edwar fue trasladado de urgencia al Camino Murillo, donde los médicos de turno confirmaron la gravedad de las lesiones. Pese a los esfuerzos del personal sanitario, el hombre perdió la vida mientras recibía atención.
Nuevas informaciones de las autoridades apuntan a que Edwar Arévalo se desempeñaba desde hace aproximadamente cuatro meses como supervisor de cobradiarios, además de tener una ruta independiente en el mismo negocio. La policía también precisó que no registraba antecedentes ni anotaciones judiciales.
Este dato cobra relevancia en medio de la investigación, teniendo en cuenta que las rutas de cobro de los llamados “cobradiarios” suelen ser escenario de disputas entre bandas dedicadas a este negocio ilegal de préstamos, lo que ha convertido a varios de sus actores en blanco de ataques sicariales.
Tras el crimen, la Seccional de Investigación Criminal inició la recolección de material probatorio y de cámaras de seguridad ubicadas en la zona con el objetivo de identificar a los agresores.
Mientras tanto, el barrio El Santuario permanece conmocionado. Vecinos y clientes del establecimiento donde ocurrió el ataque no ocultan su temor por la violencia que se repite en diferentes sectores de la ciudad y que, en esta ocasión, cobró la vida de un hombre que, según los allegados, había logrado cierta estabilidad en los últimos meses gracias a su trabajo como cobrador.
El caso sigue bajo indagación de las autoridades competentes, que no descartan que el móvil esté directamente relacionado con la actividad financiera en la que estaba vinculado el hoy fallecido.
Redacción: judiciales