El tejido óseo se renueva; el hueso viejo se descompone y se reemplaza por hueso nuevo. Con la vejez, este ciclo se inclina en favor de la pérdida ósea, haciendo que los huesos se vuelvan cada vez más porosos y frágiles.
200 millones de personas en el mundo sufren de osteoporosis, un debilitamiento de los huesos que puede causar fracturas por caídas o por tensiones menores como agacharse.
Las mujeres tienen un riesgo particularmente alto de osteoporosis después de la menopausia debido a la disminución de estrógeno.
Un equipo de científicos liderados por Holly Ingraham, descubrió que un conjunto específico de neuronas puede jugar un papel sorprendente en el control de la densidad ósea de las mujeres. Un experimento con ratones demostró que el bloqueo de señales de estas células hace que las hembras construyan huesos muy fuertes y se mantengan en la vejez, lo que aumenta la esperanza de nuevos enfoques para prevenir o tratar la osteoporosis en mujeres mayores.