En el sector de la calle 54 entre carreras 36 y 37, las aguas se desbordan por la fuerte corriente que se presenta cuando llueve. Por tanto, los vecinos del barrio Recreo mostraron su preocupación por las obras de canalización que se ejecutaron en dicho punto de la calle 54 por donde pasa el arroyo ‘La Felicidad’ y advirtieron del riesgo en la construcción de la obra de canalización.
Según una habitante del sector, desde el año 2016 hasta la fecha los trabajos de desvío y canalización del arroyo que pasa por la mencionada vía, no han concluido de manera eficiente por la firma contratista Arroyos Barranquilla.
Ante estos hechos, la abogada, Yazmín Rosales, radicó un derecho de petición. Señala la afectada que “en reuniones sostenidas con la representante de la interventoría, ingeniera Tulia Olaciregui, se puso en conocimiento por la comunidad de la calle 54 con carrera 36, que el caudal del arroyo y la fuerza hidráulica es superior a la construcción del canal”.
Afirman los vecinos de la zona que “con los fuertes aguaceros que se han presentado en estos días queda demostrado que las fuerzas de las aguas se han desbordado y sobrepasan el canal y las 16 rejillas por donde deberían drenar las aguas, evidenciando que son insuficientes. La situación ya ha causado perjuicios materiales, morales y un lucro cesante a los moradores del sector”.
Al tiempo, la profesional del derecho denunció que ha sido objeto de amenazas y una actitud violenta por el arquitecto residente de la obra, quien oculta su rostro con unas gafas oscuras, un sombrero y un tapabocas para no ser identificado.
Afirmó la abogada que para solucionar los problemas con la fuerte corriente, “se vieron obligados a levantar un muro que deja incomunicada mi propiedad para acceder a la entrada de mi casa”, por lo que el arquitecto le manifestó que “él hacía lo que se le diera la gana y que yo mientras él estuviera al frente de esta obra no tendría acceso a nada”.
Ante este hecho, Rosales señaló: “demostré que es mi propiedad y no del municipio y contraté a unos albañiles y tumbé el muro que no me permitía entrar a mi vivienda”.
A la problemática se le suma la falta de cultura ciudadana de los barranquilleros quiénes arrojan basura a la calle, lo que ocasiona que las rejillas de los desagües sean obstruidas por los desechos sólidos, ocasionando que las aguas se desborden.
Texto: Jorge Martínez Movilla.
Fotos: cortesía Yazmín Rosales