Investigadores de la Universidad McMaster de Canadá cultivaron bacteriófagos en laboratorio, encerrándolos en un espacio confinado. Esto hizo que se autoensamblaran en cristales líquidos, a los que se les añadió un aglutinante.
El resultado fue un hidrogel similar a la gelatina que se recupera cuando se corta.
Solo un mililitro de la sustancia contiene unos 300 billones de bacteriófagos y al modificar su ADN, es posible modificar virus para atacar diferentes tipos de bacterias, incluyendo las resistentes a los antibióticos.
Uno de los lugares en los que probaron el material biológico fueron las heridas, las vendas con un recubrimiento antibacteriano o un andamio tridimensional estéril están dando buenos resultados, por lo que se piensa que podrían desarrollarse fagos incluso para atacar células cancerosas.
Entre sus usos en otros campos, el gel podría utilizarse a favor del medio ambiente, ya que los virus de estas bacterias pueden alterarse para desintegrar plásticos u otros contaminantes.
“Los fagos son los depredadores naturales de las bacterias”, comentaron los científicos mientras los ensayos y experimentos continúan.
Edición: Gustavo Enrique Bossio
Foto: J.D. Howell – Universidad McMaster