El Complejo Acuático, como su nombre lo indica, fue la obra más compleja de realizar con miras a los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe debido a que allí se desarrollarán cuatro competencias acuáticas de manera simultánea: natación, clavados, waterpolo y nado sincronizado, para las cuales sus medidas son diferentes.
Está dotado de una piscina de carreras de 50×25 metros, por 2 metros de profundidad; una de calentamiento de 25×20 por 1.80 de profundidad y una de clavados de 30×20 por 5 metros de profundidad.
Posee un enfriador de piscina para adecuarla a la temperatura exigida por la Federación Internacional de Natación, que entre 25 y 28 grados centígrados. Actualmente la de Barranquilla oscila entre 31 y 32 grados. También cuenta con sala de jueces, sala VIP y salas de estar para los nadadores.
El aforo del Complejo Acuático es de unos 1.800 espectadores, cuenta con una iluminación excelente y es el único en Colombia con tacos partidores de última generación.
“Siempre soñamos tener un Complejo Acuático de esta magnitud, pero nunca pensamos que se iba a dar tan rápido. Por su arquitectura y tecnología es el mejor de Colombia y cumple, inclusive, con las exigencias de unos Juegos Panamericanos”, afirma el entrenador de natación del Atlántico, Eduardo Movilla, con cuyo nombre fue bautizado el moderno escenario.
La antigua piscina fue demolida en octubre del año pasado y un mes después comenzaron los trabajos en el Complejo Acuático, en el que los obreros laboraron en dos turnos para poder entregarlo a tiempo para los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Este lugar, donde hoy se levanta el Complejo, ha sido por más de 50 años la segunda casa de Eduardo Movilla. Ahora que este lleva su nombre tiene una razón más para seguir yendo a trabajar con entusiasmo.
“Aunque no llevara mi nombre también sería algo muy importante. Es un honor que el Alcalde, junto a la gente que lo habrá asesorado, me haya escogido. Tengo 49 años como entrenador y tuviera o no el nombre mío, yo sé que voy a tener que seguir viniendo acá, no sé cuántos años más, pero lo vamos a hacer a un sitio más acogedor al que teníamos antes”, destaca Movilla, quien además de ser entrenador departamental es vicepresidente de la Liga de Natación del Atlántico.
“A mí me duele esto, estoy viniendo acá desde los 10 años, hoy tengo 66 y para mí ver este escenario, tener la oportunidad de entrar y opinar es un privilegio”, agrega Movilla, quien no oculta que lloró de la emoción cuando le informaron que el Complejo Acuático iba a ser bautizado con su nombre.
“A mí me llamó un periodista para avisarme y lo primero que pensé que era una mamadera de gallo. Después me entraron dos llamadas más a mi celular y ahí sí pensé que la cosa era en serio. Para mí fue una emoción del carajo, algo que no me esperaba”, concluyó.
Autor: Manuel Ortega Ponce
Foto: Jefatura de prensa – Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018