La justificación del ELN expresa la típica lógica de la guerra y lo que Clausewitz, hace un par de siglos, llamaba “el ascenso de los extremos”.
El error de este grupo apostólico no es el análisis que hacen del hecho reciente, sino la evaluación de la guerra misma en que están embrollados. No se dan cuenta del ínfimo apoyo de masas que tiene tal guerra degradada, ni por tanto del servicio que prestan a la derecha con tal acción, para tapar la corrupción y las políticas antipopulares.
Tampoco parecieran conscientes del actual marco jurídico internacional y la obsolescencia de sus métodos en el contexto tecnológico del siglo XXI. Ni pareciera que hubieran leído el texto de Fidel Castro sobre la paz de Colombia de hace una década (las Farc, en contraste, sí tuvieron la lucidez algo tardía para comprenderlo y dar el salto al vacío).
Sin embargo, los elenos sí lo saben, pero la lógica de la guerra obnubila la visión política y con el tiempo, además, degrada la visión ética. Es lo que en otros tiempos se denominaba “el militarismo de izquierda”.
De este modo se están metiendo en un callejón sin salida y regalándole combustible político al decadente uribismo y a la derechización popular. Lo que sigue es más violencia y degradación. Todo lo cual perjudica a la izquierda democrática.
Si yo fuera Petro, escribiría una Carta Abierta al ELN. Probablemente no serviría de nada, pero quizás, remotamente, haya una posibilidad de que entren en razón.
Jorge Senior
Foto: insightcrime.org