Estudios anteriores han mostrado cómo una siesta corta puede mejorar el estado de alerta, el rendimiento y la función cognitiva, así como reducir el riesgo de mortalidad. Pero el Centro de Investigación Biomédica de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición, en Estados Unidos, estableció que existe una relación entre tomar siestas de más 30 minutos y el desarrollo de diabetes tipo 2.
Su principal conclusión fue que cada 10 minutos extras, luego de una siesta de 30, hay una mayor prevalencia de diabetes tipo 2 y una mayor tendencia a aumentar el índice de masa corporal y la circunferencia de la cintura.
Para ello realizó un ensayo clínico con 2.190 participantes de avanzada edad que tenían sobrepeso y síndrome metabólico, un grupo de afecciones que aumenta el riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares y diabetes tipo 2.
La siesta fue evaluada mediante la colocación de acelerómetros, que detectaron la actividad física o sedentaria realizada a lo largo del día, comprobándose esta relación.
A conclusiones similares llegaron expertos de la Universitat Rovira i Virgil, en Tarragona, España.
Edición: Gustavo Enrique Bossio
Foto: lamenteesmaravillosa.com