Si la estatura tiene alguna importancia, Kim Shinwook es uno de los futbolistas que puede dar más de una sorpresa en la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018.
Con sus 196 centímetros de estatura, el delantero de la selección surcoreana y del Jeonbuk Motors es un gigante del área que recuerda a jugadores de la talla de Ali Daei, Peter Crouch y Nikola Zigic.
Con su poderío físico y su dominio del juego aéreo, Kim puede convertirse en una auténtica pesadilla para las defensas rivales. Además de por los goles que anota con regularidad tanto con su selección como con su club, el imponente ariete de República de Corea —al que apodan Chinook en referencia al helicóptero Boeing CH-47 Chinook— destaca por su capacidad para dar asistencias.
No en vano, sus virtudes resultaron clave para que los Guerreros de Taeguk saliesen airosos del decisivo partido frente a Uzbekistán en el que nuestro protagonista sirvió en bandeja el gol de Koo Jacheol que permitió a los surcoreanos sellar su billete para la cita rusa.
“Soy en esencia un rematador, así que, lógicamente, el juego aéreo constituye mi especialidad”, explica a FIFA.com este ariete de 30 años. “Soy un delantero, de modo que si no marco me quedo en nada. Esto supone una motivación en todo momento porque siempre estoy buscando el gol a pesar de la presión a la que me puedan someter las zagas rivales”, añade.
En cualquier caso, Kim no siempre ha sido delantero, ya que en sus inicios jugó como defensa y solo pasó a ocupar posiciones de ataque cuando recaló en las filas del Ulsan Hyundai en 2009. “En aquel momento teníamos muchos delanteros de baja por lesión, así que el entrenador me preguntó si podía jugar arriba, lo que acabó resultando un punto de inflexión en mi trayectoria”, rememora.
Y es que este exzaguero reconvertido en ariete encontró su sitio en la punta del ataque y sus cifras goleadoras llamaron la atención tanto en su país como fuera de él. A lo largo de sus siete temporadas en el Ulsan, Kim anotó nada menos que 81 goles en 251 partidos en todas las competiciones. Desde que fichó por el Jeonbuk hace dos años, el ariete ha logrado 17 dianas.
Por si fuera poco, el delantero surcoreano ha disputado dos Copas Mundiales de Clubes de la FIFA, la primera con el Ulsan en 2012 y la segunda con el Jeonbuk en 2016. Asimismo, Kim jugó dos partidos en la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014, aunque no vio puerta en ninguno de los dos encuentros, que se saldaron además con derrota de República de Corea.
Lógicamente, el ariete espera tener en Rusia 2018 la oportunidad de resarcirse de aquella decepción. “Llegamos a Brasil 2014 pensando que nos había tocado un grupo asequible, pero nos topamos de bruces con una realidad diferente”, reflexiona Kim. “Es cierto que Bélgica y Argelia eran más fuertes de lo que esperábamos, pero también tuvimos nuestras oportunidades y nos faltó acierto a la hora de aprovecharlas”, explica.
Quitarse la espina
Kim espera que la selección surcoreana logre en la inminente cita rusa sacarse la espina del certamen de hace cuatro años, aunque el grupo que les ha correspondido esta vez, con rivales de la talla de Alemania, México y Suecia, parece a priori más difícil que el de entonces.
“Las cosas son totalmente diferentes esta vez, porque estamos en un grupo muy difícil que algunos consideran el peor que nos podía haber tocado. Sin embargo, llegamos bien preparados, con un entrenador nuevo, y vamos a intentar jugar como un bloque y mostrar nuestra mejor versión. Si lo logramos, estamos capacitados para superar la fase de grupos”, advierte.
En el plano individual, Kim llega dispuesto a hacer un gran papel en el certamen mundialista. Teniendo en cuenta el excelente estado de forma que ha mostrado a lo largo de los últimos meses, en los que en seis partidos ha marcado cinco goles que han contribuido a hacer del Jeonbuk uno de los equipos hasta la fecha más destacados de la Liga de Campeones de la AFC 2018, el delantero afronta la cita rusa con grandes esperanzas.
“Hay que decir que el hecho de que me haya consolidado en la selección es el fruto de mis progresos tanto en el plano individual como colectivo. Quiero hacer un mejor papel esta vez y estoy decidido a demostrar mi valía en Rusia 2018”, asegura.
Si finalmente logra inaugurar su cuenta goleadora en la competición mundialista, Kim deleitará muy probablemente al público con una celebración marca de la casa. Y es que el ariete, que es un cristiano devoto, es conocido por su costumbre de leer la Biblia antes de saltar al terreno de juego.
“El hábito de leer las Sagradas Escrituras tiene que ver con mi fe, porque yo juego para Dios. Si celebro mis goles de rodillas y con los brazos en alto es para compartir la gloria con el Señor”, concluye.
Fuente: Fifa.com
Edición: Ros Press