Una nueva investigación realizada por el Departamento de Medicina del Hospital Femenino Brigham, de Estados Unidos, ha reconfirmado que la ingesta diaria de comidas muy saladas incrementa el riesgo de muerte prematura, contradiciendo resultados más benignos de otros estudios por cuestiones metodológicas.
Según los investigadores, no es fácil medir los niveles de sal acumulados en un organismo. El mejor método es a través de la orina. Pero incluso los datos varían con las horas del día. Por eso hicieron análisis periódicos abarcando las 24 horas de un mismo día.
Para ello, hicieron seguimientos a casi 3.000 pacientes con síntomas de hipertensión por más de veinte años. La ingesta diaria de sal de los participantes en el experimento variaba entre los 1.200 y los 9.000 mgs diarios.
Al finalizar el experimento más de 200 voluntarios habían muerto por problemas cardiovasculares. Los datos de los investigadores mostraron que el riesgo de muerte prematura se elevó progresivamente cuando la ingesta era mayor a los 1.200 miligramos diarios, constituyendo lo que podría llamarse el umbral de seguridad.
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