El Parque Biotemático Megua, una imponente área con 32 hectáreas de bosque seco tropical de extensión, y uno de los sitios obligatorios de bioturismo en la costa Atlántica, cumple hoy 15 años de existencia.
A diferencia de los parques ecológicos comunes, este es un espacio de encuentro y aprendizaje continuo, en el que las personas se conectan con la naturaleza y se les enseña a conocer, respetar y conservar el medioambiente.
El terreno, que hoy en día hace parte de la planta de combustibles de Exxon Mobil de Colombia ubicada en Galapa, fue otorgado en comodato el 3 de agosto de 2003 para que la ONG Asociación Alternativas Bióticas le diera vida al Parque Biotemático Megua.
Creado y dirigido por Íader Lamilla y Olga Lucía Tovar, desde hace 15 años este parque está dedicado a un ecoturismo diferente, que trasciende las actividades típicas de senderismo y camping. Por eso, el eje transversal de toda su filosofía es la educación, lo que se refleja en su eslogan “donde la naturaleza y el conocimiento se encuentran”.
Adicionalmente, el parque también trabaja por la conservación de los bosques secos tropicales, con el apoyo de la Fundación Proyecto Tití, allí encontramos el tití cabeciblanco (mascota de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018), una especie que actualmente se encuentra en peligro crítico de extinción o el macondo del Caribe, un árbol que desafía las leyes de la física al ser enorme, pero con una madera tan liviana como la del balso.
Según expertos, estos bosques secos son un gran pulmón para la humanidad, ya que tan solo una hectárea de estos produce 50 toneladas de oxígeno al año y, además, cuentan con una gama más amplia de biodiversidad que los demás bosques.
De acuerdo con Lamilla: “Queríamos crear un lugar que no solamente fuera divertido, sino en el que las personas pudieran comprender de dónde surgen los recursos de la naturaleza que usan todos los días. Al hacer esto, entienden que no son infinitos y que es su responsabilidad cuidarlos. El que no conoce lo que tiene, no puede valorarlo”.
Íader Lamilla es ingeniero forestal de la Universidad Nacional de Medellín, y cuenta con más de 20 años de experiencia en empresas relacionadas con asuntos medioambientales como Inderena, Ministerio de Medio Ambiente, Corporación Regional del Atlántico, entre otras.
Posee un profundo conocimiento y sensibilidad por los temas ambientales, por lo que quiso crear un lugar en el que les pudiera transmitir a las personas la información para que ellas, por convicción, se comprometieran a hacer buen uso de los recursos y respetaran más a la naturaleza.
Un recorrido con sentido
Todo en este parque tiene un propósito. Desde el nombre, que, de acuerdo con Íader Lamilla, es ‘biotemático’ porque su fundamento está en los seis elementos sin los cuales la vida no sería viable: flora, fauna, agua, suelo, aire y energía solar. La palabra ‘Megua’, por su parte, tiene su origen en la tribu indígena de los Mocaná (un pueblo amerindio que habita en varios municipios del Atlántico) y que significa, en su lengua, “trabajo en equipo para un bien común”.
Cada detalle del diseño ha sido muy bien cuidado y estructurado, pensando siempre en la comodidad y el disfrute de los visitantes. Los recorridos se realizan en una estructura en forma de flor, cuya parte central corresponde a la zona social (piscina, parque infantil, kioscos, tiendas, restaurantes, parqueaderos y baños) y cada uno de los ocho recorridos de una jornada normal terminan siempre en esa zona estratégica, diseñada especialmente para que las personas puedan relajarse y descansar.
Las estaciones
Los ocho recorridos cuentan con un propósito particular:
- El sendero de los sentidos: vista, olfato, audición, tacto, gusto y equilibrio. ¿Qué necesitamos de la naturaleza para que estos funcionen correctamente?
- Vivero: los visitantes disfrutan de un recorrido en el que conocerán plantaciones y se les hablará sobre la reproducción de especies. Además, se les obsequia un árbol y se les enseña cómo plantarlo y cuidarlo.
- Peces: en esta estación se explica que el 80 % de los peces continentales nacen en las costas. Luego, se habla de su reproducción, su importancia para la cadena alimenticia y lapiscicultura.
- Mariposas: el parque cuenta con un mariposario a cielo abierto. Al inicio del recorrido, el guía habla sobre la mitología y la fisiología de la especie, y, posteriormente, se hace el recorrido.
- Corral interactivo: un espacio pensado para que los niños interactúen y alimenten a especies de granja como conejos, chivos, marranos y otros animales domésticos.
- Granjas: se pueden apreciar más variedades domésticas, sin la posibilidad de alimentarlas. Gallinas, curíes, vacas, cerdos, burros, carneros. Hay un parque en el que los niños pueden montar en poni.
- Fauna silvestre: se ven especies silvestres como tortugas, babillas, caimanes, titíes y serpientes. Se hace énfasis en la no comercialización de especies exóticas y en vía de extinción.
- Labranza agrícola: se habla de hábitos de vida saludables y producción de hortalizas a nivel urbano, sin químicos.
Un socio estratégico
Esta aventura nunca se hubiera hecho realidad sin el apoyo de ExxonMobil de Colombia S.A., que reconoció e impulsó desde el inicio la finalidad con la que se creó el bioparque. Así lo reafirmó Lamilla:“ExxonMobil de Colombia nos dio la oportunidad, siendo una ONG sin mayor apoyo, de demostrar lo que queríamos: enseñar y aprender, todos los días, de nuestros visitantes. Así, no solo logramos generar integración familiar y conexión con la naturaleza, sino que, en últimas, beneficiamos a la humanidad, generando 1600 toneladas de oxígeno al año”.