Biólogos de la Universidad de California descubrieron que rociar tomates con microbios de tomates saludables les daba protección, pero que fertilizarlos previamente la impedía, incrementando la población de patógenos en las hojas.
Los estudios desarrollados muestran que el fertilizante deja fuera de equilibrio a la comunidad de microbios en las hojas de los tomates permitiendo que organismos causantes de enfermedades ingresen a la planta.
Además de lo anterior, el equipo descubrió que una dosis baja de microbios beneficiosos, rociados en las hojas, a menudo era más efectiva para proteger las plantas de la infección que dosis muy altas.
Las razones no están claras aún, pero los hallazgos indican que se estudiarán los beneficios de fumigar cultivos con probióticos para fomentar un mejor crecimiento y protección de enfermedades, al menos en los tomates.
Foto: xmlt.uy