Cualquier equipo que se enfrente a Uruguay sabe que una de sus mejores armas es la pelota quieta. No importa que tan buena sea la defensa rival para contener a los zagueros celestes, pareciera que la Celeste encuentra siempre la manera de convertir.
Las estadísticas avalan las sensaciones: de los 235 goles que se llevan anotados en el proceso Tabárez –iniciado en 2006-, 72 nacieron de una pelota quieta. Es decir, poco más del 30%.
“La pelota quieta y la entrada de los defensas siempre fue nuestra mejor arma”, recalcó José María Giménez, el héroe uruguayo en el debut ante Egipto con su cabezazo al gol en el minuto 89. No es solo una cuestión de porcentaje sino también de momento en el que aparece el juego aéreo.
En la imagen del tanto ante los egipcios también se ve saltando en una posición cercana al otro central, el capitán Diego Godín. No era casualidad ni un recurso desesperado por el apremio del reloj.
Cristhian Stuani reconoció luego que Tabárez les mostró videos de balón parado y les hizo ensayar esas jugadas “en donde Godín y Josema (Giménez) tenían que ir a cabecear”. Fue de los trabajos que más ensayaron en las prácticas previas al debut.
Los resguardos del estilo
Tras varios años en los que a Uruguay se lo asoció con un mediocampo de corte más bien combativo sosteniendo a los dos cracks de adelante, Luis Suárez y Edinson Cavani, el Maestro no solo rejuveneció la línea media. También la dotó de un mejor pie.
Como pasó sobre el final de las eliminatorias sudamericanas, en Rusia el Maestro apostó por talentos como Rodrigo Bentancur, Matías Vecino o Giorgian de Arrascaeta –que había aparecido al término de Brasil 2014 pero luego perdió fuelle-.
Uruguay intenta elaborar más el juego a través de ellos para alimentar mejor la voracidad infinita de sus delanteros.
Egipto cerró muy bien los caminos y los circuitos de juego uruguayos se empastaron. ¿La apuesta corre riesgos contra Arabia Saudí o para el resto del Mundial? Por lo pronto, Tabárez se decidió por la profundidad por bandas de Carlos Sánchez y Cristian Rodríguez para jugar hoy en Rostov. Siempre demostró saber adaptarse a las circunstancias.
Y que no es un purista. En su manual está escrito bien grande que “los caminos al gol son infinitos”. Y entre ellos, el viejo y exitoso recurso de su gestión: las jugadas de estrategia a balón parado.
“Es algo que lleva mucho trabajo y nosotros lo hacemos todo el tiempo”.
Fuente: Fifa.com
Edición: Ros Press