Con sorpresa recibió el sector empresarial y laboral el anuncio de Coltabaco-Philip Morris International de cerrar la línea de fabricación de cigarrillos en Medellín y Barranquilla a partir de la fecha.
Esta decisión de la multinacional coincide con la finalización de la compra de tabaco al culminar la cosecha prevista para finales de 2019.
De esta manera quedan cesantes unos 250 trabajadores en Barranquilla y Medellín, sin que se conozca con certeza cuántos corresponden a cada una de las plantas que entraron en cese.
Según la empresa, no hay despidos; simplemente se les ofrece a los 250 empleados unos paquetes de retiro voluntario. Se afirma que los paquetes son tan generosos que están, incluso, por encima de lo establecido por ley. Esto, se afirma por un vocero de la compañía, permite confiar en que los trabajadores acojan los paquetes ofrecidos.
En el caso de Barranquilla, la planta estaba ubicada en la calle 30 con la carrera 41 y su actividad estaba dedicada al proceso de desvenado, que consiste en separar la vena de cada una de las hojas de tabaco, para finalmente empacar en grandes cajas la hoja, sometiéndola a una humedad homogénea para ser enviada a los centros de fabricación, donde posteriormente se harán los cigarros.
Bajo el nuevo modelo, Coltabaco consolidará su proceso de integración con las afiliadas en Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, potencializando sinergias, afianzando su posición de liderazgo en el mercado de la región y fortaleciendo las actividades en beneficio de su cadena de valor y comunidades.
El vicepresidente de Coltabaco-Philip Morris International en Colombia, Carlos Guzmán, dijo que “Philip está comprometido con su continuidad en Colombia. Somos líderes del mercado y continuaremos con nuestra operación bajo un esquema diferente, por medio del cual buscamos generar eficiencias y hacer sostenible nuestro negocio en el largo plazo”.
Según Guzmán “tenemos la gran visión de crear un mundo libre de humo y estamos transformando nuestro negocio para alcanzar dicha meta mediante el desarrollo de nuevas alternativas”.
Sin embargo, la empresa aclara, que como industria se tienen que ajustar también a las nuevas realidades del mercado: el comercio ilícito de cigarrillos se disparó a raíz del aumento abrupto del impuesto al consumo en el 2016 y alcanzó máximos históricos en 2018, al ubicarse en un 25% del mercado.
“Apreciamos los aportes hechos por cada uno de nuestros colaboradores a través de los años y entendemos la dificultad de esta coyuntura. Nuestra prioridad será siempre el trato justo, con respeto y dignidad. Precisamente, como un reconocimiento a su esfuerzo incansable, se ha iniciado el proceso de comunicación con la organización sindical y los trabajadores cubiertos por la medida”, añadió.
En cuanto a los cultivadores, la compañía dará cumplimiento a los contratos vigentes de compra anticipada de hoja de tabaco, cuya duración se extiende hasta finalizar el presente año, pero no celebrará nuevos contratos a partir del año 2020. A ellos se les entregará un bono con miras a facilitar su transición a otras actividades económicas.
Texto: Jorge Montaño Acosta
Foto: Cortesía Coltabaco