Yo estudiaba periodismo en Barranquilla, ciudad que normalmente no era tan violenta e insegura, como la Barranquilla del 2022. Por eso cuando pasaba alguna noticia judicial, la urbe quedaba estupefacta por el hecho violento.
A pesar de que Colombia estaba en una espiral de violencia por culpa del narcotráfico y sus bandas emergentes, Barranquilla era pacífica de paz, alegría y rumba.
Pero el hecho que marcó una de las noticias más tristes del folclor vallenato y colombiano fue la que ocurrió la nefasta noche del jueves 11 de junio de 1992, en la calle 96 A con la carrera 49, en el barrio Villa Santos, al norte de Barranquilla, Mataron, así como lo leen, ‘quebraron’ al popular cantante de música vallenata, Rafael Orozco, en la puerta de su casa.
Barranquilla quedó consternada, ya que a las 9:40 de la noche Orozco Maestre salió a recibir a unos ‘colegas’ de la música que sirvieron de ‘gancho ciego’ para que apareciera de la oscuridad un sicario, para acabar con su vida de ocho balazos.
La noticia se regó como pólvora y los periódicos de la época trabajaron intensamente para dar a conocer al día siguiente la fatal noticia, ¡Mataron a Rafel Orozco! En esa época la radio, fue el canal más rápido para dar a conocer la mala noticia a través de las ondas hertzianas.
La gente estaba pegada a ese medio de a comunicación, oyendo sobre el asesinato de la voz líder del Binomio de Oro y vi como brotaban las lágrimas de muchos de mis vecinos, ya que Rafael Orozco era un gran artista y un ‘bacán’ para todos, menos para los asesinos.
Se tejieron muchas teorías sobre su asesinato, pero nada de eso lo va a revivir. El vallenato se vistió de negro esa noche, sea por una presunta relación extra matrimonial del cantante o de una presunta deuda con el ‘Cartel de la Costa’.
Nada de eso le va a permitir a su esposa Clara Cabello volverlo a ver y que sus hijas Kelly Johanna, Wendy Yolani y Loraine gozarse al padre amoroso que demostró ser, tanto en su crianza como de la alegría que se le percibía al nombrarlas en sus canciones.

Para completar el nefasto panorama, el vallenato perdió a una de las voces más melodiosas de este aire musical costeño, que vio nacer a Rafael Orozco en Becerril, en el departamento del Cesar, un 24 de marzo del año 1954.
Hoy 30 años después, sus grandes amigos del folclor lo siguen recordando, como Juan Piña Valderrama, ‘Poncho’ Zuleta, Alfredo Gutiérrez y su compadre Israel Romero.
El entierro en Barranquilla fue monumental, miles de seguidores lo acompañaron desde la casona de la carrera 53 con la calle 53, donde funcionaba en el barrio El Prado la funeraria Jardines del Recuerdo, hasta su última morada en el cementerio del mismo nombre.

A ritmo de acordeones y de los cantos de muchos de sus colegas, bañados en lágrimas entonaban sus éxitos como: “Relicario de Besos”, “Dime Pajarito”, “Cariñito de Mi Vida”, “Momento de Amor” y muchas más.
Después del asesinato ‘El Binomio de Oro’, no fue el mismo, su hogar tampoco, el vallenato menos. Todo quedó en un limbo ya que la voz de Rafael Orozco Maestre, el ídolo de multitudes, solo se oye en la radio, la televisión y ahora en las plataformas digitales de hoy en día. ¡Ah! y su amado Junior también lo extraña.
Con ocasión de los 30 años de su fallecimiento se le realizó un gran homenaje en su tierra, Becerril, donde hubo un conversatorio musical organizado por la Fundación para el Fomento y Desarrollo Cultural Sinfónica de Becerril, presidido por el maestro José Salatiel Madrid.
También hubo una misa a cargo del párroco Aldemar Ardila Duarte y después de las palabras del organizador y del alcalde de la población, Raúl Machado Luna, se realizó una presentación musical de los Hermanos Orozco Díaz.
Amigos de Rafael Orozco los acompañaron en este homenaje póstumo, en donde intervinieron, su primer acordeonero, Emilio Oviedo, los compositores Tomás Darío Gutiérrez, Andrés Portillo, Jonathan Aragón y Fernando Meneses.

Se le llevó una ofrenda floral en el monumento ubicado en la plaza principal.
Desde el viernes muchos de sus seguidores a manera de homenaje espontáneo en varias latitudes del país e incluso por fuera, comenzaron a escuchar sus canciones, y con hermoso su repertorio, entonaron sus cadenciosas y hasta tristes melodías y con un dejo de nostalgia por tan bella y singular voz, el sábado día en que partió sin quererlo de este mundo historial, nosotros, sus seguidores lo recordamos, nos ‘pegamos’ un trago de Old Parr en su nombre, alzamos la copa al cielo y dijimos: ¡Salud Compadre!…
Por: @alexanderlewis68
Fotos: Redes Sociales. Colombia.com-Candela Stereo.