La sequía que por esta época es normal pero se ha acrecentado por la llegada desde finales del año pasado de El Niño. Pero además, sus compuertas tienen en aprietos al embalse de El Guájaro, una gran fuente de agua y de pesca para el centro y sur del Atlántico.
En efecto, el embalse por la poca lluvia que ha recibido desde noviembre del año pasado, viene perdiendo una gran cantidad de agua que si no se adoptan correctivos puede causar una grave crisis humanitaria.
La alerta la entregó el experto en hidráulica e ingeniero Manuel Alvarado, quien reveló que por día el embalse viene perdiendo 1,4 centímetros en el nivel de agua en el último mes, siendo el doble de lo que se pierde por evaporación, ante el mal manejo que se le está dando.
El Guájaro se encuentra a unos 50 kilómetros al suroeste de Barranquilla, en jurisdicción de los municipios de Repelón, Manatí y Sabanalarga. El espejo de agua se formó al construirse un terraplén de 15 kilómetros de longitud en los cauces de pequeñas ciénagas, el cual está constituido de un revestimiento de taludes compuesto por un millón de bloques de cemento.
Presenta una superficie de 160 kilómetros cuadrados, una capacidad de almacenamiento de 400 millones de metros cúbicos de agua y una capacidad de desagüe de 60 metros cúbicos por segundo con cuatro compuertas reguladoras de entrada y salida de agua.
Es considerado una de las reservas de peces más importantes de la región. Sin embargo, la pesca artesanal intensiva ha llevado a que las especies nativas se vean amenazadas poniendo en peligro la seguridad alimentaria de los pobladores de esta zona del departamento.
Para Alvarado esta situación del cuerpo de agua es preocupante, delicada y requiere una atención especial para que la evaporación y la salida de agua no sigan afectando el nivel de sus aguas.
Lo más grave es que las compuertas del embalse en la zona de Villa Rosa, corregimiento de Repelón, están dañadas, y existe a la vez abertura de las compuertas del sector El Limón, por parte de personas que no tienen el control de esta infraestructura hídrica.
La advertencia del ingeniero es que si no se hacen los debidos controles, el embalse puede llegar hacia el mes de abril, cuando esté en su apogeo El Niño, a condiciones extremas y no cumplir con la entrega de agua que requiere la comunidad.
El gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa, antes de emprender viaje hacia Bogotá en el día de hoy, expresó también su preocupación por este hecho y dijo que la Corporación Regional Autónoma (CRA) es la que está implementando correctivos en El Guájaro.
El mandatario admite que el nivel del embalse está bajando dramáticamente, pero precisó que se van a utilizar unas “Big bags” (sacos de arena) para evitar que el agua siga saliendo de este cuerpo de agua. En la zona de San Pedrito, el nivel ha pasado de 5,20 a 2,90 metros. “La CRA tiene a su cargo la atención y control de las compuertas y, efectivamente, los niveles están bajando muy rápido, lo que podría traer problemas de sequía en las zonas de las bocatomas”, reconoció.
Verano señaló que es necesario intervenir la situación planteada en El Guájaro para evitar que ocurra lo mismo que en 2016, cuando hubo que bombear agua del Canal del Dique, un brazo del río Magdalena, hacia el Embalse para garantizar el suministro en las bocatomas.
Texto y foto: Jorge Montaño Acosta