Luego de tres semanas de protestas, la injerencia de la Organización de Estados Americanos que logró que el presidente Juan Evo Morales Ayma llamara a elecciones, se configuró un golpe cívico – pólítico –policial.
Desde la zona cocalera de Chimoré, Evo Morales declaró: “Renuncio a mi cargo de presidente para que Mesa y Camacho no sigan persiguiendo a dirigentes sociales”, anunció Morales en un mensaje televisivo, en directa alusión a Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho, los líderes de derecha derrotados en los comicios del 20 de octubre.
El vicepresidente Álvaro García también anunció su renuncia.
Morales señaló que su culpa “fue tal vez ser cocalero. No entiendo cómo pueden usar la Biblia para maltratar a la familia. Cómo entender grupos que rezan para odiar a los más humildes (…) Renunciamos para que el pueblo no sea pateado. Renuncié por ellos. Familia pobres y humilladas. No queremos que hayan enfrentamientos”.
Para la izquierda boliviana, se produjo un golpe de Estado con Estados Unidos tras bambalina.
El hasta hoy mandatario boliviano que gobernó por casi 14 años a su país, recibió este domingo una avalancha de renuncias de altos funcionarios e invitaciones a renunciar de parte de las Fuerzas Armadas y la Policía.
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