Científicos de la Universidad Estatal de Michigan han descubierto una función evolutiva en el tomate silvestre suramericano Solanum pennellii, que podría ayudar a desarrollar cultivos resistentes a las plagas.
La investigación rastreó la evolución de un gen que produce un compuesto pegajoso en las puntas de los tricomas o pelos del citado tomate. Estos pelos pegajosos actúan como repelentes de insectos y protegen la planta, ayudando a su reproducción.
El gen encontrado solo existe en la planta silvestre, no en tomates cultivados. La enzima pegajosa crea compuestos insecticidas y la posibilidad de transmitir este rasgo defensivo permitiría cultivos resistentes a los insectos sin necesidad de plaguicidas.
“Las plantas son increíbles fábricas bioquímicas que producen muchos compuestos inusuales con propiedades protectoras y medicinales”, según Cliff Weil, miembro de la National Science Foundation, que financió el estudio.
Edición: Gustavo Enrique Bossio
Foto: groww.fr