Perú sigue sumido en una crisis política agravada por la renuncia irrevocable que en las últimas presentó Manuel Merino.
El dimitente solo duró en el poder una semana y su anunció lo hizo a través de una alocución televisada, después que el Congreso le exigió la salida del cargo.
Merino asumió el Poder Ejecutivo después de que el Parlamento destituyera el lunes pasado al mandatario Martín Vizcarra en una maniobra cuya legitimidad fue ampliamente cuestionada.
El Congreso de Perú destituyó el pasado lunes a Vizcarra, con 105 votos a favor, tras debatir la llamada “moción de vacancia” impulsada contra el mandatario por acusaciones de que cometió actos de corrupción cuando era gobernador de la provincia sureña de Moquegua (2011-2014).
Merino leyó un comunicado en el que aparentemente no había ningún atisbo de autocrítica por los sucesos de los últimos días, particularmente por los violentos incidentes que en la noche del sábado dejaron dos muertos y decenas de heridos y desaparecidos en las protestas contra su presencia en el poder.
En su intervención por los medios de comunicación el mandatario se limitó a expresar sus condolencias a los familiares de los fallecidos y a los ciudadanos que ejercieron “su derecho a manifestarse”, al tiempo que indicó que los sucesos serán debidamente investigados.
La situación del país inca será definida a través de un pleno extraordinario del Congreso para evaluar a los nuevos integrantes de la mesa directiva del Congreso, que en virtud de la Constitución incluirá a la persona que ocupará la Presidencia de la República en lugar de Merino.
Edición de Agencia de noticias. Foto la vanguardia