La palma de aceite se ha convertido en otro renglón exportador de Colombia y ello se debe a que el país conserva el liderazgo en la producción de aceite de palma en América, contribuyendo con 34% en la región y con el 2,4% de la producción mundial.
Así lo hace saber el presidente ejecutivo de Fedepalma, Jens Mesa Dishington, quien revela que en la última década, la producción de aceite de palma ha crecido a una tasa promedio del 9,2% y en 2017 alcanzó un récord del 42% respecto al año anterior, lo que refleja su gran dinamismo.
La producción de los aceites de palma y de palmiste supera los 1,7 millones de toneladas anuales y, con la maduración del área ya sembrada, “esperamos muy pronto superar los 2 millones de toneladas”.
En 2017, el valor de la producción palmera en Colombia, que suma el aceite de palma crudo y la almendra de palma, fue de 1,2 billones de dólares, lo cual lo ubicó como el segundo producto dentro de los cultivos permanentes y en el sexto renglón en generación de valor en el sector agrícola.
De acuerdo con estimaciones de Fedepalma, esta producción logró una participación del 11% en el PIB agrícola colombiano. En cuanto al área sembrada, el cultivo de la palma de aceite en Colombia abarca más de 530 mil hectáreas, muchas de ellas en el Caribe.
En el Censo Agropecuario del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), realizado en 2015, la palma de aceite es el segundo cultivo con mayor extensión en área sembrada en Colombia, después del café.
Mesa Dishington revela que hoy, el sector palmero colombiano exporta más de la mitad de su producción, siendo la Unión Europea su principal destino de venta.
Fue así como en 2017 ocupó el quinto lugar en el escalafón de productos agropecuarios de exportación y fue el segundo producto con mayor aporte al crecimiento de las exportaciones de productos agropecuarios, alimentos y bebidas.
“Esta realidad pone de presente que el futuro de nuestro sector estará cada vez más enfocado en los mercados externos, lo cual nos impone retos adicionales, los cuales debemos superar en muy corto tiempo”, asegura el vocero de los palmicultores.
Pero a pesar de esas cifras positivas, Fedepalma revela que ha empezado a disminuir la producción de los aceites de palma, que para 2018 caerían un 12%; esto asociado en gran medida a razones climáticas.
En la zona de Aracataca y El Retén, Magdalena, se presenta una menor siembra por problemas con la enfermedad del cogollo que afecta a la planta y con ello la producción. Esto ha generado problemas de ingresos a los cultivadores y menos empleo.
A esto se suma la caída significativa de los precios internacionales, que han disminuido 20% en lo corrido del año. Y en tercer lugar a la política errática del Gobierno Nacional en materia de biocombustibles, lo que se ha reflejado en la lenta consolidación de la mezcla de biodiésel.
Texto: Jorge Montaño Acosta
Foto: Cortesía Fedepalma