Dos policías y un peatón han sido asesinados este martes en el centro de la localidad Belga de Lieja. La identidad del agresor no ha trascendido todavía, pero la fiscalía belga encargada de los actos de terrorismo ha asumido la investigación. Los hechos se produjeron, según el diario Le Soir, a las 10.30 de la mañana en el boulevard d’Avroy, cuando los agentes pararon a un hombre para que se identificara en un control rutinario. Por motivos todavía desconocidos, el individuo se enfrentó a ellos, desarmó a uno de los policías y comenzó a disparar matando a los dos agentes y a un hombre que circulaba con su coche junto al lugar. Además, ha herido a otros dos miembros de las fuerzas de seguridad. El atacante, según informa la policía de Lieja, huyó entonces hacia el edificio de un instituto cercano. En su interior tomó como rehén a una mujer, pero miembros de las fuerzas especiales de la policía local lo abatieron sin que la retenida sufriera daños. Según el diario local La Libre Belgique, el agresor gritó “Allahu Akbar” (Alá es grande) antes de morir.
La rehén trabaja como empleada de la limpieza en un instituto cercano, donde los alumnos han permanecido confinados hasta que la policía se ha asegurado de que el peligro ha pasado. “Los alumnos están seguros y ninguno ha sido herido. El individuo ha sido neutralizado”, ha señalado el gobernador de la provincia de Lieja, Hervé Jamar. El ministro del Interior, Jan Jambon, ha asegurado que la situación ya está controlada y que los servicios antiterroristas están analizando si se trata o no de un atentado. “Estamos intentando saber qué es lo que ha ocurrido exactamente”, ha añadido el titular de Interior.
Ante la alarma generada por el tiroteo, las fuerzas del orden han establecido un perímetro de seguridad que ha interrumpido el tráfico en los alrededores, una de las principales arterias de la ciudad francófona situada en Valonia, a unos 50 kilómetros de la frontera alemana. Las imágenes colgadas por varios usuarios en las redes sociales muestran a personas intentando huir y poniéndose a salvo en el paseo de Avroy, así como a agentes policiales con chalecos antibala tomando posiciones en la zona.
El último ataque de consideración registrado en la ciudad se produjo en agosto de 2016, cuando un hombre hirió a dos policías con un machete al grito de “Allahu Akbar” antes de ser abatido por disparos de otros agentes. La agresión se produjo frente a una comisaría y la investigación determinó que se trató de un ataque terrorista. Antes, en 2011, un recluso en libertad condicional sembró el caos en la ciudad al asesinar a cuatro personas y herir a más de un centenar disparando ráfagas de fusil y lanzando granadas.
Texto: El País
Foto: El Confidencial