El arranque de 2019 muestra la otra cara de la Universidad Autónoma del Caribe (Uniautónoma) frente a la que tuvo en 2018, esta vez ‘sin maquillaje’ alguno, sólida, bien cimentada, con recursos y sin deudas laborales, aunque hay que sacar adelante algunos procesos penales a favor del alma mater.
La rectora Claudia Dacunha, acompañada con cuatro de sus colaboradores, expuso ante algunos medios de comunicación cómo ha sido el transcurrir de un año a otro, el 2018 sin brújula y con deudas, frente a un 2019 en el que tiene futuro, organizada y con planificación.
Dacunha estuvo acompañada en la presentación del informe de Emilia Velásquez, decana de la Facultad de Arquitectura y Diseño; Pablo Bonaveri, director de investigación; Julio César Henríquez, profesor de ciencia política, y Alba Luz Arrieta, directora de comunicaciones.
La rectora encargada de la Autónoma sostiene que la universidad es atractiva para todos los estamentos, luego de la recuperación que se hizo. Y advierte que esa restauración no fue sola de ella, sostiene que fue un trabajo colectivo, sin excepción alguna.
“El milagro no se debe a una ‘varita mágica’. Ha sido con orden, disciplina, prioridades y foco estratégico. Se ha recuperado un gran activo de la región Caribe”, asegura la ingeniera industrial.
Ella, que ha trabajado en el sector privado y en el educativo, recuerda que cuando la llamaron del Ministerio de Educación (Yaneth Giha) primero preguntó por los balances y pidió la entrega de los mismos y luego de varios días de análisis y sacando cuentas, se atrevió a asumir en abril de 2018.
Lo hizo cuando nadie daba un peso por la Universidad. Su experiencia y saber rodearse, llamando a gente clave para que le colaborara, le ha permitido pasar la página, y aunque todavía no puede cantar victoria del todo, se siente satisfecha y sonríe por el trabajo colectivo que se ha implementado en nueve meses para recuperar una institución regional.
Dacunha recuerda que cuando le pidieron su concurso para que asumiera este reto, la Universidad no estaba quebrada, según los balances y números, tenía solidez financiera, pero sí ilíquida, o sea no tenía caja o recursos frescos para asumir muchas tareas, entre ellas la laboral.
Las acreencias sumaban $120 mil millones. Pero gran parte de ellas, las laborales, fueron canceladas hacia finales del año pasado, por cuantía del orden de los $26 mil millones. Hoy la Autónoma está al día con los profesores y trabajadores al cien por ciento. Ni siquiera se les debe la seguridad social.
En próximas semanas, espera implementar un acuerdo con la banca a través de un nuevo y moderno modelo financiero que le permita cancelar a mediano y largo plazo las acreencias con este sector, que ha sido clave para el salvamento financiero de la Universidad.
Y lo mejor es que el 95% de los estudiantes no han desertado, siguen creyendo y confiando en la Universidad. Ya están matriculados 6.500 de ellos y faltan por hacerlo unos 1.500 más, además de los que estarán vinculados en alianzas con entes territoriales y sector privado.
En total serán unos 9.000 estudiantes que asumen su tarea académica a finales de enero y principios de febrero. El 85% de ellos son de estratos 1, 2 y 3 y si se le suma el estrato 4 sube al 98%. El 25% de los estudiantes que cursan en la Autónoma vienen de otros departamentos como el Cesar, Guajira, Magdalena y Bolívar, y el resto de Barranquilla.
Cuando en pocas semanas arranque el año académico, la Universidad Autónoma del caribe empieza a pasar el calendario con un mejor futuro para festejar, según su lema ‘ciencia y progreso’, los 52 años de haber abierto las puertas para atender una demanda educativa regional, con mejores bríos, solidez administrativa y financiera, y paz laboral.
Texto: Jorge Montaño Acosta
Foto: Cortesía Uniautónoma