La Universidad Simón Bolívar puso en servicio el Laboratorio de Simulación Molecular y de Bioinformática con el objetivo de incentivar la investigación científica básica como un aporte a la ciudad y a la región Caribe en temas de medicina, genética y nuevos materiales, en el propósito de articular la empresa con la universidad desde un enfoque analítico.
Con una inversión cercana a los mil millones de pesos, el laboratorio se convierte en un lugar en donde la ciencia de la computación, la física, la química y las matemáticas se pueden simular, evaluando a nivel molecular, las condiciones en que se comportan las células y las moléculas, en diversos materiales. La información obtenida permite modelar los datos usando técnicas como inteligencia artificial y de esta manera, generar estrategias que busquen una solución o mejoramiento de los procesos en empresas públicas y privadas.
El equipo experto que conforma el laboratorio está liderado por Juvenal Yosa, doctor en Ciencias Químicas de la Universidad de Basel, en Suiza; Leonardo Pacheco, PhD en Química; Nataly Galán, Phd en Química; Deynaldo Villarreal, Director de Tecnología de MacondoLab; Sandra Bermeo, Phd en Genética; y Jorge Leiva Phd en Bioquímica. Ellos al igual que los grandes científicos que trabajan en laboratorios, desarrollan su labor a través de un computador especial con una tecnología superior que permite hacer experimentos de miles de millones de cálculos en tiempos cortos y a menor costo. Con este novedoso sistema la institución cuenta con la tecnología moderna de alrededor de 32.000 núcleos de procesamiento.
Actualmente el equipo de científicos de simulación molecular y bioinformática trabaja en la combinación de las teorías de las ciencias químicas y bioquímicas con la inteligencia artificial en el desarrollo de fármacos contra la tuberculosis, cáncer de mama y antibióticos de nueva generación. Además se realizan análisis de gran cantidad de datos (big data), que permiten a las empresas procesar y analizar datos que finalmente les sirve de ayuda para tomar decisiones y aumentar el rendimiento de la organización.
Esta sinergia de la academia con la industria es novedosa en Barranquilla y en el país, pues existe una gran cantidad de procesos que se pueden optimizar, generando utilidades, mejorando la seguridad, mejorando los procesos, previniendo enfermedades, entre muchos otros propósitos.
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