La multinacional de alimentos para mascotas, de origen estadounidense, Mars Andino, que montó su planta en el Parque Industrial de Malambo (Pimsa) en 2007, cierra su actividad y se dedica a la importación en un parque logístico en la Vía 40.
Mars Andino llegó a Malambo a través de ProBarranquilla, con el fin de atender el mercado nacional, así como el de Venezuela, Perú, Ecuador y Bolivia, respectivamente.
El mercado de Venezuela representa el 50% del volumen total de la producción y debido a la finalización de las importaciones de alimento para mascotas en el vecino país, la planta enfrentó una reducción considerable de su producción.
El cierre de producción, a partir de julio, está basado en una estrategia de optimización continua de la cadena de suministro en Latinoamérica, por lo que la compañía surtirá el mercado local a través de importaciones. Mars producía alimentos secos para mascotas de las marcas Pedigree y Whiskas.
La actual directora de ProBarranquilla, Ana María Badel, dijo que Mars Andino no se va del Atlántico, está relocalizando su actividad de Malambo a Barranquilla, y llegan a un centro de distribución con el fin de continuar vendiendo sus productos.
Badel dijo que la principal causa es la reducción del mercado venezolano, que era su principal cliente. Y la crisis de allá afecta a esta firma comercial.
Mars Andino generaba unos 35 empleos directos en su moderna planta en Pimsa y hasta el momento no se sabe qué va a pasar con estas personas que venían trabajando allí desde hace 12 años.
La empresa dice que el cambio no afectará la oferta actual y, de hecho, permitirá liberar algunos recursos para invertir en sus marcas y su posicionamiento en el mercado andino, para mantener los mejores niveles de servicio en todo el portafolio que incluye no sólo alimento para mascotas sino también chocolates, confitería y goma de mascar.
En alimentos secos, Mars ocupa el sexto lugar en participación de mercado, mientras que en alimentos húmedos tiene el primer puesto con las marcas Pedigree y Whiskas.
Texto y foto: Jorge Montaño Acosta