La NASA tiene evidencias de que existe otra falla de 34 kilómetros de largo que se conecta con las fallas tectónicas del extremo norte del sistema de fallas de Laguna Salada, justo al norte de la frontera entre Estados Unidos y Méjico.
Para los expertos, la corta longitud del segmento de la llamada sección Ocotillo indica que aún se está desarrollando, ahí los terremotos repetidos aún no han creado una falla única en lugar de varias decenas de pequeñas fallas. La actividad sísmica en la región es un signo de su compleja geología.
Las placas del Pacífico y de América del Norte se muelen unas sobre otras en el sur de California.
Saber cómo están conectadas las fallas ayuda a los científicos a entender cómo se transfiere la energía entre fallas. Esto ayuda a entender si un terremoto en una sección de una falla rompería varias secciones, lo que resultaría en un terremoto mucho más grande.
Imagen: nasa.gov