En una jornada cargada de emoción, alegría y orgullo, Juan Pablo Cadenas, mejor conocido como el “Mini José Feliciano”, fue recibido como un verdadero héroe en su regreso a Barranquilla, luego de coronarse como ganador de la primera edición del programa “Yo me llamo Mini”, transmitido a nivel nacional. El joven talento logró conquistar al jurado y al público del país con su voz, carisma y un impresionante parecido con el reconocido cantante puertorriqueño.

En horas de la tarde , estudiantes, docentes, padres de familia y vecinos se agolparon a las afueras de la Institución Educativa Distrital Simón Bolívar, donde estudia Juan Pablo. Las pancartas, los pendones con su nombre, los globos y los cánticos de apoyo pintaban un ambiente festivo y de gran orgullo barranquillero. La llegada del joven artista, montado sobre un camión de bomberos y portando con orgullo la medalla que lo acredita como ganador, fue un momento inolvidable para todos los presentes.
El homenaje no se hizo esperar. En medio de un acto organizado por la institución, se le rindió un merecido reconocimiento por su talento, perseverancia y por haber representado dignamente a su ciudad. La comunidad educativa destacó no solo su capacidad artística, sino también su humildad, compañerismo y disciplina, cualidades que lo han llevado a destacarse más allá del escenario.
Con micrófono en mano y acompañado por una pista instrumental, Juan Pablo interpretó dos de los temas que lo llevaron a la cima en el concurso. Su interpretación volvió a emocionar a quienes ya lo habían visto en televisión, pero esta vez con la cercanía y el orgullo de tenerlo en casa. Padres y docentes no ocultaban las lágrimas ante la conmovedora escena.
“Esto no me lo esperaba. Desde el primer día que estuve en la televisión, todos me apoyaron. Es una emoción muy grande para mí y agradezco profundamente a mis amigos, compañeros, familiares y profesores por este recibimiento tan bonito”, dijo Juan Pablo con la voz entrecortada por la emoción. Su espontaneidad y ternura, características que lo hicieron brillar en el programa, también estuvieron presentes durante su discurso.

Entre abrazos, selfies y mensajes de aliento, se escuchaban coros espontáneos de sus compañeros: “¡Te queremos, Juanpa, te queremos!”. Una muestra del cariño genuino que ha despertado este pequeño gran artista en su entorno escolar y comunitario.
Su madre, visiblemente emocionada, compartió unas palabras que conmovieron a los presentes: “Lo más impactante para mí es escuchar el talento que tiene mi hijo. Siempre he creído en él. Nunca le he puesto límites, y creo que eso es algo que todos los padres debemos aprender: a dejar que nuestros hijos sueñen, a confiar en ellos”.
El recibimiento de Juan Pablo no solo fue una celebración por su triunfo personal, sino también un acto simbólico que mostró el poder de los sueños, el valor del talento infantil y la importancia de una comunidad que cree y apoya a sus jóvenes. Su historia ya es inspiración para muchos niños y niñas de la ciudad que, como él, sueñan con un escenario y con hacer historia a través de la música.
Juan Pablo Cadenas es, sin duda, un orgullo barranquillero. Y con tan solo unos pocos años de vida, ya dejó una huella imborrable en el corazón de su ciudad.